La Armadura de Dios

La Armadura de Dios
Efesios 6.11-13 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Hijos de Dios

Hola, Dios les bendiga y la paz del Señor sea en cada corazón. Antes que nada les saludo oficialmente en este año que apenas está comenzando y les deseo muchas y variadas bendiciones. Y que este año sea de arrepentimiento para muchas almas que tanto necesitan de Dios y los que conocen de Dios y siguen fríos que ya sea el tiempo de tomar la decisión y venir a los pies de Jesucristo que tanto les ama. Le agradezco también a todas las personas que me han escrito comentarios ya sea en este blog, en facebook o al correo, mostrado interés por los temas aquí tratados y que me sugieren temas para seguir estudiando. A todos los que me leen y a los que no, que Dios les bendiga en gran manera!

El primer tema que vamos a estudiar en este año será el de Hijos de Dios. Porque hay muchas dudas sobre quienes son los verdaderos hijos de Dios, y quienes son los llamados hijos de Dios.

Hay quienes dicen que todos somos hijos de Dios, si alguien entra a una cantina y pregunta, ¿Hay aquí un hijo de Dios? de seguro todos levantaran la mano. Porque todos así mismos se creen hijos de Dios. La misma Palabra enseña que hijos de Dios eran los naturales creados por Dios antes de ordenar al mundo y crear al ser humano. Génesis 6.1-2 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
Job 1.6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.

Job 2.1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.


Como pudimos leer esos hijos de Dios que se mencionan en el libro de Génesis fueron los ángeles que cayeron en pecado mezclándose con las mujeres y que ahora están en cárceles de oscuridad y en el libro de Job se menciona a satanás como hijo de Dios, esto porque al igual que los ángeles y demás potestades celestiales fueron llamados hijos de Dios, no así ahora.

Y el ser humano, ¿Era hijo de Dios o no?, Génesis 2.7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Se puede leer que el hombre fue un ser viviente, no dijo que fuera un hijo de Dios, que es otra cosa aparte.

Entendemos por lo tanto que el hombre como tal no era hijo de Dios y que en un inicio satanás y las demás criaturas celestiales si eran hijos de Dios.

¿Qué sucede después? sucede que Dios toma medidas con sus hijos(los ángeles y satanás) que fueron rebeldes y algunos echa del paraíso y a otros encierra en prisiones de oscuridad. San Judas 6. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día...

Ahora bien, conocemos ampliamente que el único hijo de Dios a quien se le da ese nombre es a Jesucristo, porque El mismo siempre a sido fiel a quien le envió desde antes, ahora y por siempre. Hebreos 1.5-6 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.

Salmo 2.7 Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.

Entendemos que solo Cristo fue echo verdadero Hijo de Dios, y eso quedó más claro cuando estuvo entre nosotros en carne. Porque el mismo Señor Jesús dio testimonio de eso y el mismo Dios también lo manifestó, y lo manifestaron otros también por medio del Espíritu.

San Juan 3.17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

San Juan 17,1-2 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.

San Mateo 3.17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

San Mateo 16.
16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

San Juan 1.49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.

San Juan 9.35-38 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.


Queda muy claro por medio de esta Palabra que Cristo es el Hijo de Dios, el heredero del Padre y el Unigénito.

También nuestro Señor Jesucristo es llamado Hijo del Hombre, que también es un sinónimo como el Hijo de Dios.

Daniel 7.13-14 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.

San Mateo 24.30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

San Lucas 17.26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.

Apocalipsis 14.14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.

Apocalipsis 1.12-13 Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

Es verdad que también al profeta Ezequiel es llamado hijo de hombre, pero la forma en que se refiere al profeta es a hijo de hombre así en minúscula, y era tratado como hijo de hombre, dando a entender hijo de hombre como un hijo de hombre carnal y espiritual a la vez, porque se manifestaba el Espíritu de Dios en el.


Ezequiel 2.1 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.

Ezequiel 3.17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.

Entendiendo estas cosas tan importantes, debemos saber además que el pueblo de Israel era el pueblo de Dios y el mismo Dios les llamaba hijos de Dios según el pacto que se había establecido con Israel.


Deuteronomio 14.1-2 Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto. Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra.

Isaías 63.8 Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

Oseas 1.10 Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.

Pero ellos eran hijos de Dios según la promesa no según la gracia. Porque son hijos de Abraham, según está escrito, más al llegar Jesús las cosas empiezan a cambiar, porque ellos mismos se justificaban pensando que tenían a Abraham por padre, y que decía Juan el Bautista, San Lucas 3.8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

Es por esa razón que eran los israelitas llamados hijos de Dios, no por pacto de sangre sino por la promesa echa a los patriarcas.

Romanos 9.6-8 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.

Al cumplirse la Escritura en que tendría que venir uno a predicar a aquel que no era digno siquiera de desatar la correa de su calzado, Juan el Bautista refiriéndose a Cristo, las cosas empiezan a tomar un giro diferente para los judíos.

Y ustedes a estas alturas del estudio bíblico, se preguntarán y nosotros los gentiles, ¿Somos o no hijos de Dios? Para eso exactamente vino Jesucristo.

San Juan 1.12-13 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Como sabemos el Señor vino a las ovejas perdidas de la casa de Israel más ellos le desecharon, más nosotros le recibimos y creemos en El, por eso somos hijos de Dios.

San Juan 6.40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Ahora bien, sabemos que por medio de Cristo somos contados como hijos de Dios, pero ¿Somos en verdad hijos de Dios solo creyendo en su Hijo?

Para responder a esto debemos comprender otras cosas, no crean que solo por creer en Cristo ya soy hijo de Dios, sino que también debo tener el Espíritu de Dios que es nuestro sello espiritual para ser conocidos por Dios como hijos.

Romanos 8.14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

Romanos 8.16-17 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Gálatas 4.6-7 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

Hebreos 3.6 ...pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

1 Juan 5.12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

Muy bien, sabemos que los hijos de Dios deben tener el Espíritu de Dios. Ahora para ser hijos de Dios debemos retener la doctrina y mandamientos que el Señor mismo nos a enseñado.

1 Juan 5.2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.

2 Juan 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.

Sabemos que debemos guardar su Palabra para ser hijos de Dios,

San Mateo 5.43-45 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Esta y muchas enseñanzas más conforman la Palabra de Dios mostrada por su Hijo Jesucristo para nosotros.

Ahora, el Señor quiere que seamos sus hijos, no fue una idea que nació de repente, sino que ya estaba establecido por Dios Padre que eso sucediera,

Romanos 8.29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

1 Juan 3.1-2 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.

Efesios 1.4-5 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.


2 Tesalonicenses 2.13-15 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.


Y creyéndole a El, teniendo su Santo Espíritu y sujetándonos a su Palabra, somos llamados hijos de Dios, teniendo la fe de que así es, Gálatas 3.26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús...

Por lo tanto si cumplimos esos requisitos somos ahora si hijos de Dios, pero el que seamos hijos no quiere decir que nada padezcamos, sino más bien debemos ser probados muy duramente por Dios:

Proverbio 3.11-12 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere.


Job 5.17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso.

Hebreos 12.7-9 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

Muy clara es la Palabra del Señor, porque debemos elegir o ser hijos de Dios, o ser hijos del diablo, los hijos de Dios se basan en ser amadores y hacedores de la Palabra y en dar fruto espiritual y poner la mirada en todo lo que se llame bueno.

Santiago 1.22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

San Mateo 5.9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Efesios 5.1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Y ser hijos de la luz porque Cristo es la Luz que guía nuestras vidas, San Juan 12.36 Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.

Y esto sucede Filipenses 2.15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.

Entonces ¿Quieren ser hijos de Dios o ser hijos del diablo? Creanme yo si soy un hijo de Dios, y ¿en que se manifiestan los hijos de Dios y los hijos del diablo?

1 Juan 3.10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Por eso hermanos amados, luchemos por ser hijos de Dios y venzamos todo lo malo porque a nuestro Dios tenemos por Padre y creemos en el poder de su amado Hijo que así es.

1 Juan 5.5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Apocalipsis 21.7 El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.

Y somos partícipes de toda las nuevas maravillas que Dios tiene para sus hijos,

Romanos 8.21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.

Procuremos hermanos ser llamados hijos de Dios y luchemos hasta lo último para que así sea. Y ya saben no cualquiera es llamado hijo de Dios.

La paz del Señor Jesús y la bendición de lo alto sea en cada una de sus vidas.